lunes, 3 de agosto de 2020

Adelantando el pasado

-Fuentes Margot
Muchas veces se sueña con una amistad de esas tipo película que se conocen de toda la vida, andan siempre juntos, se conocen perfectamente y algunos hasta se enamoran; pero la siguiente historia va más allá de la vida.
Comienza muy similar al otro tipo de historias, estos jóvenes antes de nacer ya tenían escrito en su destino que serían mejores amigos . Sus familias se conocían desde mucho antes de que llegaran a este mundo; él era un año mayor que ella, sus nombres eran Margaret Rosé y Juan Emir.
Ellos tenían una conexión muy especial, de esas que no se pueden explicar por más que traten, pero la sienten y saben que existe; eso es más que suficiente. Todo el tiempo fueron juntos a la escuela, además eran vecinos y se iban juntos; ella pasaba por él porque su casa quedaba después; siempre que se veían de frente se sentía una estática irreconocible que muchas veces no entendían pero ambos destinabas dicho suceso a su amistad de toda la vida.
Era algo así como las conexiones de los mellizos o gemelos; normalmente detectaban a la distancia cuando alguno se sentía triste, enojado o se encontraba en peligro y cuando estaban juntos tenían deja vú simultáneos o incluso reconocían lugares mucho antes de llegar a ellos.
Lo raro sucedió una noche que los dos creían dormir tranquilamente, cuando sin saberlo simultáneamente despertaron de golpe, temblaban a pesar del calor que hacía, tenían parálisis del sueño y de la nada escucharon risas; para cuando pudieron moverse, no había nadie a su alrededor. Intentaron dormir sin indagar, pero la verdad es que no conciliaron el sueño en toda la noche.
Al día siguiente ninguno hizo mención alguna de lo sucedido, pero ambos estaban conscientes de que actuaban raro y en definitiva sabían que algo le pasaba al otro... pero se abstuvieron; a pesar que cruzó por la mente de los dos el mismo sentimiento y pensar: 
"¿Acaso también le ocurrió lo de anoche?"
Volvieron a sus casas como si nada, así pasaron los días las horas, los segundos... ella sintió un aire frío en el cuello mientras él sentía a una sombra persiguiéndolo. 
Dos semanas después a la misma hora que la otra noche despertaron con ese frío espeluznante, pero en esta ocasión sí podían moverse, al girar pudieron ver una niña de pie, de espaldas y recargada en la esquina de la pared; de la nada desapareció; entonces no se aguantaron el miedo y decidieron llamar a su mejor amigo, ambos...
Obviamente las llamadas se cruzaron y  sonaba ocupado, así que se esperaron al día siguiente; aunque no durmieron ni un poco.
En cuanto Margaret pasó por Emir dijeron simultáneamente "necesito contarte algo", por caballerosidad Emir le respondió que hablara primero ella, prosiguió:
-No pegué el ojo en toda la noche, pero antes de que eso sucediera...
Emir interrumpió- Viste una niña y no es la primera ocasión que pasa
-No me digas que también la viste?- contestó ella
-Pues al parecer nuestra amistad realmente tiene un lazo más fuerte que el que creemos.
La verdad ambos se encontraban impactados y realmente asustados por dicho suceso; no sabían a donde o con quién acudir, a decir verdad de no ser porque lo soñaron, ninguno había creído esa historia si otra persona hubiera llegado a contársela. 
Las "visitas" se hacían más constantes pero esta vez era hasta en sueños ¿estaban enloqueciendo acaso?, de una u otra forma parecería que la niña quería comunicarse, contarles algo con mucha urgencia como para querer que ambos entendieran.
Poco a poco fue dejando de hacer únicamente acto de presencia; en una de las apariciones Rosé sintió muy real todo lo que aparecía en escena, de hecho le provocaba demasiadas emociones ese lugar. De la nada entraba en una mansión enorme y vieja que combinaban a la perfección con los jardines principales, una fuente enorme central y dos pequeñas, una a cada costado. Cuando llegó al pórtico sintió cierta nostalgia a decir verdad y sentía simultáneamente cómo en la "vida real" le escurrían algunas lágrimas en sus mejillas y sentía algo de frío.
Entró a su casa o lo que ella creía que era su casa y al cerrar la puerta una niña salió corriendo para abrazarla
-Creí que te habías ido para siempre, no lo vuelvas a hacer- le dijo la niña mientras lloraba
-Pero yo no he ido a alguna parte- respondió Rosé
En eso entró al cuarto un joven alto, delgado pero musculoso y está de más decir que era muy guapo... pero tenía un ligero parecido a ... ¡Su mejor amigo!
Mientras tanto en casa de Juan, él soñaba que estaba podando al parecer un enorme jardín, aunque realmente no entendía por qué lo disfrutaba tanto ahí, si en la "vida real" se le morían hasta los cactus. Usaba un pantalón de vestir, una playera blanca, tirantes azules y una boina café.
Sintió que estaba muy formal como para estar haciendo labores, se quitó los guantes y decidió entrar por un poco de agua. A pesar del frío que hacía tenía demasiada sed, al llegar al vestíbulo no pudo evitar sonreír tanto en el sueño como en la vida real al ver una hermosa mujer que abrazaba a una pequeña; acaso ¿seria su familia o algo así? ¿Por qué ellas se veían tan elegantes y sofisticadas? pero lo más importante, ¿por qué la doncella se parecía o le recordaba a su mejor amiga?
Ambos creían que los sueños y apariciones habían concluido, así que no consideraron relevante contar lo del sueño... no hasta un día que volvieran a escuchar a la niña susurrar mientras dormían "¿Ya me recuerdan? ¿Por qué me abandonaron?"
Al siguiente día mientras caminaban por el parque, se dieron cuenta que debían realmente hablar; concordaron nuevamente en las escenas del sueño, la única diferencia es que en esta ocasión uno lo inició y el otro lo concluyó.
-¿Crees que tú y yo eramos... y la niña nuestra pequeña?- dijo Rosé apenada mientras se sentaba en una banca.
Sorprendido, Emir abrió tanto los ojos que parecía se le saldrían de lo sonrojado que estaba. 
-No lo sé, pero si sentí mucho aprecio respecto la pequeña.
Margaret algo decepcionada por su respuesta esperando oír algo más, solo agachó la mirada y asumió que le había pasado lo mismo.
Emir tomó su mano y le contestó que se tranquilizara, que pronto descubrirían lo que estaba sucediendo.
Esa noche se quedaron a dormir en la casa de él, Margaret estaba demasiado asustada y por alguna razón se sentía algo deprimida. En la noche la niña volvió a aparecer, en esta ocasión solo dijo "Busquen en los registros históricos, sabrán cuando se trate de mi".
Rosé volvió a llorar entre sueños y Emir la abrazó mientras dormían.
Al despertar fueron a los registros de la biblioteca central y encontraron una noticia que los atrajo y los dejó anonadados...
Se trataba de una familia millonaria que viajaba mucho y solían dejar a la pequeña en casa al cuidado de su institutriz.

La institutriz se quedaba en una pequeña casa a las orillas del terreno, lejos de la casa principal, poco a poco se enamoró de un jardinero que trabajaba para la familia; ellos obviamente no permitían que las relaciones laborales y personales se mezclaran para no afectar la calidad del trabajo, pero sobre todo no causaran inconvenientes en la educación y cuidados de la pequeña.
Cuando se dieron cuenta que entre los trabajadores había algo más que amistad... decidieron enviar al jardinero a otra de las casas de la familia en otro país, los amados no pudieron despedirse del dolor y cuando la institutriz quiso hacerlo, era demasiado tarde.
Ella solicitó unas vacaciones temporales, prometía no irse de su casa pero necesitaba una semana para asimilar las cosas, aprovechando que en esos días los padres no viajarían. La niña entró en una depresión, pues la alegría del hogar se había perdido.
No contaban con que los dueños saldrían de rápido en la noche a disfrutar la velada mientras dejaban a la niña durmiendo, así que se les hizo fácil irse sin avisarle a la institutriz.
Sin saber cómo, hubo una fuga que ocasionó un incendio en la mansión, cuando la institutriz olió a quemado, pidió ayuda e intentó ver si había alguien en la casa... era demasiado tarde, la niña había fallecido.
La mujer no aguantó dos pérdidas importantes en tan poco tiempo, decidió suicidarse ahorcada en una trabe de la casa.
El jardinero, al mes siguiente aprovechó para volver a la casa, ya que los patrones habían viajado, no se le hizo raro que fueran solos porque normalmente así lo hacían.
Al llegar, lo primero que pensó fue en visitar a su amada. Abrió la casa y encontró el cuerpo colgado, en ese momento no dio tiempo de pensar mucho, cayó incado y rompió en llanto.
-Tal vez no se nos permitió en esta vida, pero en otra será amor mío- fue lo único que dijo.
Procedió a dar digna sepultura y vecinos de la mansión que lo observaban, le contaron la tragedia,  la cuál dedujo había sido la doble pérdida... fue entonces que decidió marcharse para no volver jamás.
Emir y Margaret no pudieron evitar el romper en llanto, atrás de ellos apareció la pequeña y les dijo: "¿En esta ocasión no me abandonarán?"
A partir de ese momento no volvieron a verla o soñarla, la niña al fin podía descansar en paz.
Pasaron los años y descubrieron que en esta vida sí iban a poder ser felices, tener una familia y hasta una hermosa pequeña... que les causaba un cierto sentimiento de familiaridad.

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