Algún día del 2016
-Fuentes Margot
Existen millones de seres fantásticos que muy pocos tienen el privilegio de conocer; duendes, hadas, brujas, unicornios, trolls, entre otras criaturas. Hoy platicaremos sobre algunos humanos que tienen el privilegio de convivir con ellos.
Había una vez en la ciudad de Xalapa un niño llamado Ed Emmanuel, mi mejor amigo; él tenía cuatro años de edad cuando nos conocimos, yo, la pequeña Celina, era tan solo un año menor.
A la salida de las clases nos gustaba jugar en el parque que se encontraba junto al jardín de niños, el punto de reunión no cambiaba y aquel día no sería la excepción, nos veríamos en el quiosco; a veces éramos super héroes, luego caballeros y otro día espías; esa vez fingíamos ser hechiceros:
-Nunca me atraparás bruja malvada- dijo mientras corría entre los jardines y arbustos
-Ya lo veremos hechicero del bien- grité en tono burlón mientras caminaba tras de él.
De la nada mi amigo se detuvo frente a un callejón que daba a una caballeriza con un enorme portón de barrotes negros, el cual solía estar cerrado con todo y candados, pero por alguna extraña razón estaba abierto esa tarde. Ed me retó a entrar, a lo que le contesté:
-Si entras tú, yo te sigo- sabía que ambos éramos un poco cobardes pero algo nos atraía a entrar.
-Entonces, ¿Qué esperamos Celina- me respondió mientras caminaba rumbo a la caballeriza.
Al parecer tenía bastante tiempo que no limpiaban el lugar, puesto que se encontraba muy descuidado. No supe en que momento perdí de vista a Emmanuel; me encontraba aterrada totalmente, estaba sola.
-¡Boo!- Saltó mi mejor amigo tras un montón de paja
-Tonto- Le dije- me tenías muy preocupada.
-Owww, ¿Estabas preocupada por mi?-
-Gracioso- contesté en tono nostálgico pero a la vez burlón
-¿Viste eso?-
-Ya deja de asustarme, ya no te creo nada-
No, de verdad, no estoy jugando-
Volteamos la mirada y algo pasó corriendo, no podían ser niños porque ambos se veían muy pequeños; un niño de ese tamaño no podría caminar (calculábamos que un humano de esa estatura tendría aproximadamente dos años) y la otra silueta era extremadamente diminuta, yo insinué que el miedo se empezaba a apoderar de nuestras mentes pero mi mejor amigo insistía en continuar con la investigación de nuestros acompañantes que él aseguraba no era parte de nuestra imaginación.
Al seguir caminando vimos que la caballeriza se conectaba en una casa abandonada; la pintura de las paredes se caía en grandes gajos, la madera del marco del pórtico estaba partida en dos y las enredaderas cubrían la superficie de la casa; de nuevo ahí estaban esas dos siluetas acompañadas de risas, salieron corriendo y nosotros tras de ellas.
Nos detuvimos en el cuarto que parecía en un tiempo fue el comedor de los dueños de dicho hogar; nos detuvimos a analizar el lugar, cuando de la nada llegó la compañía que jamás imaginamos tener, un ser pequeño con barba y otro diminuto con alas, eran aquellos que conocemos ahora como gnomos y hadas.
Nos detuvimos en el cuarto que parecía en un tiempo fue el comedor de los dueños de dicho hogar; nos detuvimos a analizar el lugar, cuando de la nada llegó la compañía que jamás imaginamos tener, un ser pequeño con barba y otro diminuto con alas, eran aquellos que conocemos ahora como gnomos y hadas.
Salimos disparados como alma que corretea el diablo.
-¿Qué fue eso?- plantee agitada
-No lo sé; pero no comentaremos nada a nuestros padres, ¿Quedó claro?-
Yo solo asentí con la cabeza, ambos cumplimos con la promesa. Llegamos con nuestras madres y no dijimos ni una sola palabra de lo vivido, solo callábamos y aceptábamos la regañiza que nos daban por desaparecernos tanto tiempo y alejarnos del parámetro permitido.
No habíamos vuelto a tocar el tema hasta hace dos años; cenarían juntas las dos familias, mientras las madres cocinaban y los padres veían tele, nuestros hermanos jugaban y nosotros entrábamos al despacho de mi padre:
-Volvió a ocurrir-
-No puede ser, solo fue un sueño, todo fue gracias a nuestra imaginación-
-Sí, yo lo recuerdo bien- le dije temblando
-Celina, ¡no lo fue y tu lo sabes!-
De repente oímos voces extra a la de nuestros hermanos; salimos corriendo a observar lo que ocurría, con el terror de que fueran aquellas criaturas las cuáles habían aparecido hace 17 años a nuestras vidas.
Las sospechas se volvieron ciertas; nuestros pequeños hermanos estaban jugando con el gnomo y el hada, ¿La edad de nuestros hermanos?, la mismas que teníamos Ed y yo al conocer dichos seres.
A lo mejor eran un tipo de guardianes, tal vez solo "amigos"; nunca nos dimos la oportunidad de investigar, el terror nos cegó totalmente y no permitimos que nuestros hermanos tuvieran esa libertad...
Mucha gente opina que es producto de la imaginación; otros, que solo los de alma pura e inocente pueden convivir con ellos; en opinión de mi amigo y mía, ellos eligen quiénes pueden verlos y quiénes no, pero esa es otra cosa que nadie podría asegurar o comprobar totalmente, les dejo a reflexión de cada quién el creerlo o negarlo.
FIN
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