domingo, 5 de abril de 2020

Peso a Beso

Escrito el 05/08/2016
-Fuentes Margot

¿Alguna vez se han preguntado la vida de una moneda?
¿Las millones de aventuras que debe vivir? no me refiero al clásico fabricamiento de éstas (el proceso de elaboración), para nada... vayamos más lejos de lo que cualquiera iría. ¿Creen poder seguirme el paso...o más bien, a nuestra moneda?
Sean bienvenidos a la mejor aventura de sus vidas... bueno de mi vida mejor dicho, aunque... realmente yo no tengo vida ahora que lo pienso, bueno ustedes me entendieron, ¿cierto?.
Les contaré un poco de mi familia, mi abuelo era un FR-8 y mi abuela una cauri; se conocieron en la época de conquista cuando una señora indígena quería comprar algunos alimentos a los españoles y éstos de pago usaban diversas armas que habían tenido que traer de su país.
Fue una hermosa historia porque en esos tiempos no se permitía que las clases sociales estuvieran juntas por más de determinados minutos; de un lado debían ir a otro hasta que un día se reencontraron mediante un trueque de un gran Huey Tlatoani y un Capitán Español.

A lo largo de los años su amor rindió frutos y tuvieron una linda hija; nacida en una cuna espumosa y brillante... em, ¿cómo se llama?,lo más cercano que tienen los humanos para tocar el cielo... ¡ah, si! en un mar; era un coral, no era rosada ni naranja, sino un hermoso tono intermedio entre dichos colores. Mi madree era realmente hermosa, una belleza inigualable y no es por presumir; tenía un brillo "natural".

A mi mamá le encantaba viajar; su medio de transporte no solía ser "terrestre" no se si me explico, motivo suficiente para dejar de ver a sus padres... (Mi familia no es de la que suele estar junta mucho tiempo, es raro cuando nos volvemos a encontrar pero nunca olvidamos el amor que nos tenemos).
Un día, en uno de sus grandes viajes mi madre se encontró con un humano, el cuál la llevo consigo como regalo a una de sus hijas.
El padre la dejó junto una barra de metal (lo cuál ocupaban como señal de pago en dicha época) que se encontraba en una mesa de lo que hoy conocemos como algún tipo de despacho.

Poco tiempo fue el que convivieron pero fue el suficiente para enamorarse; de alguna extraña manera terminaron empeñándolos juntos para saldar viejas deudas que la familia que los adquirió había cosechado a lo largo de los años. En ese lugar había mucho silencio y poco que hacer, no tenían tantos amigos como esperaban... así que un día decidieron casarse y unirse en matrimonio.
Como sabemos para después de toda boda debe haber una luna de miel y bueno... adivinen ¿quién nació?, así es, yo... una pequeña moneda. No puedo quejarme, nací en un hermoso lugar llamado Turquía allá por el añ 650 a.C., ahí pasé mis primeros años de vida hasta que me tocó la hermosa etapa de la adolescencia y decidí mudarme a Pakistán en el 2900 a.C. 
No me fue tan complicado, digo, después de todo nunca estuve con mis padres, siempre cambiábamos de humano, rara vez visitaba a mis padres, peeero bueno, me fue bien.

Al llegar a la adultez fui a China en el 5000 a.C. para progresar en una de las mejores potencias; la economía es impresionante, tienen realmente de TODO y más; ustedes apenas están pensando en alguna idea y ellos ya están fabricándola.
Tres años después de mudarme encontré un renminbi, se volvió el amor de mi vida, brillaba tanto que caí hipnotizada ante sus encantos. Desgraciadamente no pudimos estar unidos mucho tiempo, digo, somos monedas... hasta que un día un señor estadounidense al que le apodan "coleccionador" nos compró a los dos y nos unió en matrimonio por siempre.

Posteriormente tuvimos hijos, uno se llamaba euro, el otro peso y el otro dólar: siempre se andan celando unos a otros pero nosotros los queremos por igual aunque la gente le de valores diferentes. 
En fin, ellas andan por todo el mundo y son felices, de vez en cuando nos volvemos a ver... como todas las familias...
Y esta fue mi breve  historia.
FIN.

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