La historia seguía, el calendario avanzaba, ella aprendí una lección muy importante: aunque las hojas se caigan el árbol sigue de pie, era algo que debía repetirse cada mañana.
Muchos le habían criticado un cambio que en ella existía, lo que no sabían es que ella también lo había notado y que no le agradaba, el problema es que no sabía cuál era el elemento que la había cambiado.
Hubo un verano que llenó de sol sus mañanas, sus noches luminosas, su vida en alegría, pero como todo lo que empieza acaba... ésta breve historia también tuvo su final, ella intentando ser fuerte y valiente se juró a sí misma que lo iba superar como cada desilucion amorosa... así fue durante unos días, luego su sonrisa se empezó a convertir en ríos de lágrimas viajando por todo su bello rostro hasta tocar sus faldas.
Eureka! había descubierto el motivo de su cambio, ese algo que por fín le habia dado cuerda a éste viejo motor, aceite a las tuercas oxidadas, se había marchado al igual que todo lo que le brindó alegría alguna vez..
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