Saben, me es curioso como las personas a las que mas quieres son las primeras en apuñalarte por la espalda... tal vez por eso la gente ya no cree en nadie y se vuelven vacías como muñecos de plástico... sin sentimientos ni pensamientos...
Soy de esas personas que me gusta hablar aunque no les importe mi opinión, tal vez por eso en clases todos se me queden viendo, me gusta cantar aunque mi voz no sea la melodía más dulce... tal vez alguna vez deje a alguien sordo... me gusta reir aunque no esté feliz para aquellos que se sientan mal sean contagiados de mi "alegría".... sólo se que me gusta ayudar a los demás, aunque no me incumba y no esté dentro de mis capacidades...
Yo estaba ahí de nuevo en mi pupitre en el salón escribiendo, fantaseando, cuando la maestra me preguntó que que hacía, para esto yo ya había concluido con mis diversas actividades, la maestra no tuvo ningún argumento para reprenderme, aunque de todas formas me quitó la libreta y me solicitó quedarme al final de la clase...
Me preguntó de donde había sacado tanta inspiración y del por qué no compartía mi creatividad, le dije que no sabía que hacer con ella, yo misma me ponía una barrera mental que no me permitía progresar y puesto que no tenía el capital ni los contactos para progresar lo me quedaba más que dejar mi garabatos en aquellas libretas de papel, mis dibujos, mis historias, mi imaginación.
Me dijeron que yo no debía permitir que la estrella encendida en mi mente se apagará, que no podía permitir que se la robaran o la bajaran del pedestal en el que se encontraban, que siguiera adelante, que los caminos serían diversos, existirían buenos y malos, pero que yo tendría que aprender a elegir cual sería el mejor, que a lo largo de éstos me equivocaría, puesto que nadie es perfecto, pero que tampoco podía simplemente quitar las piedras del camino, ni brincarlas ... debía lograr seguir con el camino buscando una nueva ruta de aprendizaje que me llevara al éxito.
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