De repente salió un rayo de luz entre la obscuridad, de esa penumbra duradera, el cielo se tornó de colores y mi alma de esperanza, fue ahí cuando comencé a dibujar, sobra aquí luz acá, poco a poco una obra de arte surgió... Lo primero que hice al terminarla fue buscar a mi mejor amigo y mostrarle aquél fruto que había cosechado del árbol de mi imaginación.
-¿Te he dicho que eres excelente dibujando?- me dijo él con una sonrisa en su rostro
-Sí, pero te he dicho que me falta mucho para ser "excelente" como tú dices-Respondí sonrojada
-Para mí lo eres- Me dijo confortádome como siempre.
Después me retiré a caminar a lo largo del bosque, el cuál era mi lugar favorito para pensar, descansar y crear
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